En el corazón de la Andalucía menos conocida, donde el bullicio da paso al silencio del campo y el asfalto se convierte en sendero, surge una iniciativa que está revolucionando el turismo rural: las Vías Verdes. Se trata de antiguos trazados ferroviarios que quedaron en desuso y que, gracias a un proyecto nacional con fuerte implantación en nuestra tierra, han sido rehabilitados como rutas turísticas no motorizadas. Hoy son una opción ideal para quienes buscan disfrutar de la naturaleza, el deporte al aire libre y la historia local.
Andalucía cuenta con más de 500 kilómetros de Vías Verdes, distribuidos entre provincias como Jaén, Córdoba, Cádiz, Sevilla o Almería. Estas rutas, acondicionadas para caminar, correr o ir en bicicleta, permiten descubrir paisajes únicos sin interferencias del tráfico rodado. Un ejemplo destacado es la Vía Verde del Aceite, que atraviesa antiguos olivares y conecta pueblos como Lucena, Cabra o Puente Genil. También sobresale la Vía Verde de la Sierra, entre Cádiz y Sevilla, que atraviesa 30 túneles y espectaculares viaductos, ofreciendo una experiencia inolvidable.
Además de su valor ecológico, las Vías Verdes tienen un fuerte impacto social y económico. Revitalizan pueblos pequeños, promueven el turismo local y contribuyen a conservar espacios naturales de forma sostenible. A lo largo de estas rutas pueden encontrarse antiguas estaciones reconvertidas en alojamientos rurales, áreas de descanso y centros de interpretación que explican la historia ferroviaria de la zona.
Más que un simple paseo, recorrer una Vía Verde es vivir una experiencia alternativa en Andalucía. Un turismo sin prisas, donde cada paso conecta con el pasado y cada pedalada impulsa un futuro más verde.